lunes, 2 de abril de 2007

Tributo a Juan Pablo II



La vida muchas veces es alegre y divertida. Pero otras veces seremos nosotros los que demos sentido positivo a lo que aparentemente no lo tiene. Los invito a redescubrir lo que tenemos, antes de hacer nuevas adquisiciones, sabiendo que este redescubrimiento es fruto de la admiración.
Para llegar a admirarnos es preciso antes haber mirado con cariño el mundo que nos rodea.
Este es un tributo a un hombre que fue capaz de amar.
Que supo estrenar sus ojos día a día, a la realidad del mundo en el que él vivió, profundamente enamorado, porque la admiración es fruto del Amor.

GUILLO D´AIELLO